El 19 de febrero a las 19:30 horas en la librería Burma (Madrid), el escritor palmero Andrés Expósito presentará su último trabajo literario, la novela: “La ciudad de Aletheia”. Una novela que reflexiona sobre la actualidad social, sobre la condición humana, y sobre el actual asentamiento de la especie humana: la ciudad.
“La ciudad de Aletheia” es una novela que reflexiona sobre el actual asentamiento de la especie humana: la ciudad. Pero también es una usurpación en la conducta humana. La narración se adentra en el fuero interior de diferentes ciudadanos, en sus obsesiones, en sus egocentrismos, en sus paranoias, en el amor y los sentimientos que los alimentan, en la fuerza invisible e indivisible que los hace levantarse una y otra vez cuando parece el universo entero les da la espalda.
Un grupo de multimillonarios compra un territorio abandonado, edifica una gran ciudad y la llama Aletheia. Luego la promociona como el cénit de progreso social y económico, e invita a ciudadanos de todo el mundo a que la pueblen, y para ello coloca en sus fronteras múltiples oficinas para acoger las demandas de todo aquel que quiera pertenecer como ciudadano a la ciudad de Aletheia.
El ser humano es imperfecto, y por lo tanto, todas sus ideas y proyectos parten y se sustentan de la misma imperfección.
A través de extraños personajes y de esta extraña ciudad que es Aletheia, la novela nos señala y nos avisa de la irrealidad en la que residimos sumergidos, olvidándonos que dicho asentamiento parece haber olvidado que el carácter y la característica con la que fue forjada tenía su estrategia y base primordial en protegernos de los peligros de fuera, tras las murallas, tras esos primeros asentamientos, y sin embargo, ahora los feroces y hambrientos depredadores se encuentran dentro. Las ciudades parecen trincheras de guerra, una angosta y sangrienta planicie de supervivencia capitalista. Demasiadas exigencias, y nimias las posibilidades y probabilidades para conseguirlo. La supervivencia de antaño en las selvas y las cavernas ahora se desarrollan sobre los adoquines y el asfalto. Hemos perdido la importancia, ahora lo importante es la ciudad y todo el conglomerado que lo estructura y forma.
El ciudadano ha dejado de ser el centro. Ahora el centro es la ciudad, este asentamiento actual de la especie humana. Lo lógico y plausible es que el progreso y todo el armazón y las herramientas que conllevan, se estructuren para una mejor convivencia social del ser humano, y sin embargo, en la actualidad la ciudad es el centro, y los ciudadanos pequeños insectos que agonizan el instante para alimentar la ferocidad económica de la ciudad, y no quedar expulsados de la misma. No expulsados de manera territorial, y sí expulsados social y humanamente por los arquetipos forjados por el capitalismo. En esa lucha el ser humano ha comenzado a perder la dignidad, y la reflexión ha quedado soterrada por todos los ruidos económicos que constantemente golpean todos nuestros instantes.