¿Debe haber algún centinela más allá?, se pregunta la inocencia mientras transcurre en la desorientación
Como una caricia tenue y sonrojada aletean las palabras desde la primera hasta la última, circulando sin desfallecer y sin provocar irritación, forjando un aroma tras su lectura que se resuelve propia y privada en cada uno de los lectores. Cada uno de ellos, seguro que amigo inseparable de la propia vida, hallará resquicios y matices no encontrados por ningún otro, y ésa, la alarma infinita, único patrón que custodia todos sus relatos o micro relatos (o poemas), es por sí misma, en esa medida, la única certeza conocida.
Es un conjunto de relatos y poemas donde la muerte es la protagonista, pero no solo la muerte como finitud de la vida, sino como finitud del instante.